Tiberio Graziani|L’unitа dell’Eurasia|09.06.2010

Tiberio Graziani

L’unitа dell’Eurasia

En tal бmbito, Eurasia parece constituir, considerando los numerosos estudios que se ocupan de ella, un campo de investigaciуn privilegiado.

Analistas influyentes como, por ejemplo, el atlantista Brzezinski o los neoeurasiatistas Dugin y Ziuganov estбn de acuerdo, aunque desde puntos de vista distintos y decididamente antagonistas entre sн, sobre el hecho de que el futuro del planeta se juega en el tablero eurasiбtico.

A la imparable y larga ofensiva lanzada por los EE.UU. contra la masa continental eurasiбtica entre 1990 y 2003 (1) parece contraponerse, al menos a partir del ultimo quinquenio, una especie de reacciуn que se expresa, por ahora, a travйs de la intensificaciуn de nuevas y profundas colaboraciones estratйgicas entre Pekнn, Nueva Delhi y Moscъ y el continuo refuerzo de la Organizaciуn para la Cooperaciуn de Shangai (OCS).

Estos acuerdos parecerнa que sirven de preludio a una inйdita y articulada integraciуn del continente eurasiбtico que, por evidentes motivos de oportunidad, pasando por encima tanto de las diferencias culturales, religiosas, йtnicas, como por encima de las particulares aspiraciones nacionales de las poblaciones que lo habitan, hacen vanas las expectativas de los propagandistas del “choque de civilizaciones”.

La teorнa del choque de civilizaciones, como se sabe, fue puesta a punto por Samuel Huntington, el ex consejero de Johnson en la йpoca del conflicto vietnamita. El estudioso americano, en diversos artнculos y principalmente en su The Clash of Civilizations and the Remaking of World Order, (New York, Simon & Schuster, 1996), lanzу la hipуtesis de que los conflictos entre las varias poblaciones del planeta, y, en particular, entre las que habitan Eurasia, no tendrнan su origen principalmente en causas ideolуgicas o econуmicas, sino en motivaciones culturales, bбsicamente religiosas. Para Huntington la polнtica global del siglo XXI estarб, por tanto, dominada por el choque de civilizaciones. Esta particular lectura de la historia, es decir, la del carбcter irreconciliable de las civilizaciones, ha influido a vastos sectores de la opiniуn pъblica occidental y constituye, todavнa, una de las referencias constantes de los numerosos think tanks del otro lado del ocйano especializados en la identificaciуn de las бreas calientes o de inestabilidad de Eurasia.

En realidad, en la historia no se han verificado nunca choques de civilizaciones, sino, mбs bien, encuentros y contaminaciones entre las distintas culturas. En particular, en Eurasia, en cuyo espacio estбn presentes la prбctica totalidad de las civilizaciones del planeta.

Eurasia, de hecho, todavнa antes de ser un concepto ъtil para el anбlisis geopolнtico y geoestratйgico, es, se podrнa decir, una idea cultural, cuyo carбcter unitario es demostrado por su misma historia.

La oposiciуn entre Europa y Asia siempre ha sido una oposiciуn artificial, a menudo fruto de interpretaciones histуricas instrumentalizadas, principalmente por los europeos, con fines hegemуnicos, por tanto, estrechamente ligada a praxis geopolнticas. Sуlo hay que pensar en la йpoca del colonialismo de expoliaciуn y en la superestructura ideolуgica que lo sustentaba, en el “white man’s burden” (2) del cantor del imperialismo britбnico, Rudyard Kipling y, sobre todo, en su conocida composiciуn literaria The Ballad of East and West, en la que el escritor y poeta inglйs teoriza explнcitamente, en el famoso verso East is East, and West is West, and never the twain shall meet, el carбcter irreconciliable entre las culturas orientales y occidentales (3).

Pero, si observamos bien, la contraposiciуn “ideolуgica” entre Europa y Asia, entre Occidente y Oriente, se remonta todavнa mбs atrбs, a ciertas tendencias que maduraron en el seno del cristianismo, que exaltando la especificidad de la visiуn cristiana del mundo consideran las culturas de las poblaciones no europeas no sуlo como inciviles, sino tambiйn como inferiores.

La presunta separaciуn e incompatibilidad entre las culturas asiбticas y las presentes en la parte occidental de Eurasia, es decir, en la penнnsula europea, si examinamos con mayor atenciуn, se ha resuelto siempre en el principio de la polaridad. Ya Polibio, en su Historias, resolvнa la oposiciуn entre Oriente y Occidente en el carбcter unitario del mundo mediterrбneo (4), un concepto que fue retomado y desarrollado brillantemente, algunos siglos mбs tarde, por el historiador francйs Fernand Braudel. Por otra parte, para los antiguos la tierra habitada y conocida era considerada del mismo modo que una casa comъn (oikoumйne ghк). Segъn el historiador holandйs Huizinga “en la historia antigua, en la medida en que nos es conocida, no encontramos nunca a Oriente contrapuesto explнcitamente a Occidente [5]. Para el autor de El Otoсo de la Edad Media y Homo Ludens, tambiйn la civilizaciуn islбmica ha ignorado la escisiуn entre Oriente y Occidente, por tanto, entre Asia y Europa [6].

El profundo carбcter unitario de las mъltiples y policromas civilizaciones eurasiбticas no ha sido nunca puesto en duda, sino que mбs bien ha sido ratificado y reconfirmado por los descubrimientos arqueolуgicos, por las investigaciones etnogrбficas y, en particular, por el estudio comparado de las religiones y de los mitos.

Por tanto, aunque existan anбlisis e investigaciones especнficas sobre la unidad cultural de Eurasia, sin embargo, se debe todavнa constatar a tal respecto la ausencia de estudios sistemбticos y orgбnicos.

Los trabajos de un Gumilev, como tambiйn de un Altheim, sobre la influencia de la cultura mongola o la de los Hunos en el mundo eslavo-ruso y en el nacimiento de los actuales pueblos asiбticos y europeos, o los de un Giuseppe Tucci sobre le mundo tibetano o sobre las culturas de Extremo Oriente y su parentela con el pensamiento antiguo, o los de un Eliade dedicados a la comparaciуn de las religiones y de los mitos, o, todavнa, los de un Dumйzil o un Benveniste en lo referente a los estudios llamados indoeuropeos, o, finalmente, los de la escuela de los eurasiatistas rusos de los aсos veinte y treinta del siglo XX, entre los cuales se encuentra ciertamente el lingьista Trubeckoj, constituyen indudablemente las bases metodolуgicas para emprender tal empresa. A esto se podrнan aсadir tambiйn los resultados y las metodologнas adquiridas por los estudiosos de las ciencias llamadas tradicionales, como, por citar sуlo algъn nombre, Guйnon, Coomaraswamy, Schuon, Evola, Burckhardt, Nasr.

Precisamente es en el бmbito del descubrimiento, o mejor, del redescubrimiento del carбcter unitario de las culturas eurasiбticas donde encuentran su correcta colocaciуn los ensayos de Claudio Mutti recogidos en L’Unitб dell’Eurasia; sobre todo, ademбs de ofrecer una vбlida introducciуn a esta temбtica –en Italia todavнa en vнas de definiciуn –estos aportan nuevos elementos de reflexiуn, ъtiles no sуlo para el desarrollo de tales investigaciones, sino tambiйn para la comprensiуn de importantes nudos histуricos de la ecъmene que, para decirlo con Eliade, por otra parte, con razуn citado por Mutti, se extiende de Portugal a China y de Escandinavia a Ceilбn. La peculiaridad de los estudios aquн presentes reside, a nuestro juicio, en la constante referencia que Mutti presta a las dinбmicas geopolнticas del espacio eurasiбtico; una referencia destinada ciertamente a suscitar una comъn conciencia geopolнtica entre las poblaciones que actualmente habitan la masa eurasiбtica.

Tiberio Graziani Director de la revista “Eurasia”. direzione@eurasia-rivista.org www.eurasia-rivista.org (Traducido del italiano al espaсol por Javier Estrada) Notas: 1. Primera Guerra del Golfo (1990-1991); agresiуn a Serbia (1999), en el бmbito de la planificada desintegraciуn de la Confederaciуn yugoslava; ocupaciуn de Afganistбn (2002); devastaciуn de Irak (2003). A esto hay que aсadir tambiйn la ampliaciуn de la OTAN en los paнses de Europa oriental y las llamadas “revoluciones coloradas” como significativos elementos de intromisiуn por parte de la potencia del otro lado del Atlбntico en la que fue la esfera de influencia de la mayor potencia eurasiбtica del siglo XX, la Uniуn Soviйtica. 2. La popular composiciуn de Rudyard Kipling fue publicada con el subtнtulo The United States and the Philippine Islands en 1899; este se referнa a las guerras de conquista emprendidas por los Estados Unidos con respecto a las Filipinas y otras ex colonias espaсolas. 3. Para una rбpida reflexiуn sobre la cuestiуn del concepto de Occidente en relaciуn con la identidad europea, vйase en el propio volumen de Mutti el capнtulo sobre “La invenciуn de Occidente”. 4. Pero bastante antes de Polibio tambiйn Herуdoto. Escribe al respecto Luciano Canfora “…precisamente a los griegos les corresponde la responsabilidad de haber separado a los ‘Bбrbaros’ de los ‘Griegos’. En la primera lнnea de las Historias de Herуdoto, griegos y bбrbaros constituyen ya una consolidada polaridad, aunque precisamente Herуdoto sea mбs consciente que otros de hasta quй punto los conceptos fundamentales de los griegos, empezando por las denominaciones de las divinidades (II, 50), venнan de lejos”, en Il sarto cinese, nota a Arnold Toynbee, Il mondo e l’Occidente, Sellerio editore, Palermo, 1992, p. 107. 5. Johan Huizinga, Lo scempio del mondo, Bruno Mondadori, Milano, 2004, p.26. 6. Johan Huizinga, op.cit., p. 35 y siguientes.